Hola, soy Ika, y este es un pedacito de mi camino hasta aquí
Por fin he podido sentarme con calma a leer vuestras presentaciones y me hace mucha ilusión compartir también la mía. Quizás me extienda un poco, y no suelo hablar demasiado sobre mí misma… pero siento que este es el lugar, la tribu y la Sangha para hacerlo. Soy @Izaskum Sanz, aunque la mayoría me conoce como Ika. Es el nombre que elegí de pequeña porque me costaba mucho pronunciar Izaskum, y desde entonces me acompaña en esta vida. Me dedico al marketing y la comunicación, ayudando a emprendedores y pequeñas empresas a gestionar su estrategia de negocio, su imagen y su forma de comunicarse. Disfruto mucho viendo cómo las personas y sus proyectos crecen, y me hace feliz aportar mi granito de arena en ese camino de prosperidad. Soy muy curiosa y una eterna estudiante: nunca me canso de aprender cosas nuevas y de conectarlas con mi propio recorrido vital. Llegué a Alma hace dos años y, desde entonces, ha sido mi tabla de salvación: un espacio de crecimiento y de autoconocimiento. Aquí he encontrado un entorno maravilloso, lleno de personas bellas que han sido espejo, mano amiga y, a veces, también ese empujón necesario para avanzar. Una tribu que no esperaba encontrar y que siento como un auténtico regalo de vida. 😊 De la mano de @Marta Chuliá Pantera , con su sabiduría y generosidad, descubrí el poder de la meditación justo en un momento en el que la vida me ponía grandes retos: el inicio de un nuevo negocio, la montaña rusa de la menopausia, la pérdida de un hermano y la gestión de una enfermedad degenerativa en mi entorno cercano. Todo seguido y muy intenso. Es increíble, pero en cada etapa, sin que ella lo supiera, he recibido de Marta una enseñanza, una experiencia o unas palabras que eran justo lo que necesitaba. Estoy profundamente agradecida a la vida por haber puesto en mi camino a una persona como ella, y por todo lo que crea y le rodea. 🙏¡Gracias!🙏 Y en medio de todo ello, la meditación me ha regalado algo fundamental: escucharme, dar espacio a lo que siento y comprender qué refleja cada emoción. Me ha enseñado a parar, observar y elegir desde otro lugar. No es fácil ,la disciplina, sigue siendo un reto para mí, pero continúo en el camino, con gratitud por lo aprendido y por lo que queda por aprender.