Soy Mercedes, estoy jubilada, soy madre de dos hijos y abuela de tres nietas. En este momento de mi vida me siento en una etapa feliz, llena de buena energía.
Siempre me he considerado una persona positiva, aunque dedicada principalmente al trabajo y a lo externo. No me veía como alguien espiritual, pero en mi interior siempre había una sensación: la certeza de que existía una energía especial, algo más allá de lo que alcanzamos a ver.
Hace cinco años, mi hijo me regaló un libro que lo cambió todo para mí: La voz de tu alma, de Lain García Calvo. Al leerlo comprendí que podía crear mi propia realidad. Me entusiasmé tanto que leí todos sus libros y comencé a aplicar lo aprendido, especialmente en el área de la salud. Visualicé, tomé acción y puse en práctica cada enseñanza.
Entre esas herramientas, descubrí la meditación. Hoy puedo decir que he visto resultados: encontré a las personas adecuadas y los recursos necesarios para sanar.
En este camino descubrí que vibraciones similares se atraen y que, al conectar desde esa sintonía, nos rodeamos de quienes comparten nuestra energía. Así fue como llegué a esta sangha, donde me siento acompañada y rodeada de personas tan bonitas.
Gracias.