Me presento a la Shanga. Más vale tarde...
Trabajo en un centro logístico y estudio psicología. Practico yoga y meditación con vosotras, convencido y disfrutando de los beneficios que aporta.
Tengo cincuenta años y casi puedo dividir mi vida en dos partes: antes y después de mis hijas. Primero un periodo de transición, un divorcio, algunos tropiezos, y después de una "noche oscura del alma", una luz, un camino, sin ningún sitio al que llegar, solo disfrutarlo, vivirlo, con consciencia, aceptación, agradecimiento, aprendizaje y crecimiento.
Siempre podemos cambiar, siempre podemos evolucionar, nunca es tarde, y además lo vamos a disfrutar. Se lo debemos a nuestros hijos, y a toda esta comunidad que formamos todos... conscientes, inconscientes o en proceso. Todos somos uno y el amor es el camino.