Los potenciómetros transformaron primero el ciclismo: pasaron de medir la velocidad y el pulso a cuantificar la potencia exacta de cada pedalada.
Poco después, llegaron al running con sensores capaces de estimar la potencia de carrera, ayudando a entrenar con precisión en terrenos variables.
Hoy, esa revolución tecnológica ha llegado también al agua: los potenciómetros para natación ya son una realidad y prometen cambiar para siempre la forma en que entrenan nadadores y entrenadores.
¿Qué es un potenciómetro en natación?
En esencia, un potenciómetro mide la potencia generada por el nadador al aplicar fuerza en el agua. A diferencia del ciclismo o la carrera, donde la transmisión de fuerza se da en tierra firme, en la natación el medio acuático complica la medición: no solo interesa la fuerza total, sino también la dirección de esa fuerza, la trayectoria de la mano y la eficiencia de cada fase de la brazada.
Un potenciómetro para natación permite cuantificar todo esto, mostrando con datos lo que antes solo se intuía mediante observación o grabaciones de vídeo.
Tipos de potenciómetros en natación
1. Sensores en la mano o “paddles inteligentes”
Estos dispositivos, como los desarrollados por empresas pioneras en el sector, se colocan en la palma o integrados en pequeños paddles.
- Qué miden: fuerza propulsiva, fuerza desperdiciada (hacia arriba, abajo o lateral), velocidad y trayectoria de la mano.
- Beneficio principal: revelan si la brazada realmente impulsa al nadador hacia adelante o si parte del esfuerzo se pierde.
- Aplicación práctica: detectar asimetrías entre brazo derecho e izquierdo, ajustar la técnica del agarre y optimizar la eficiencia de cada fase (entrada, tirón y empuje).
2. Dispositivos portátiles de análisis 3D de la brazada
Algunos potenciómetros combinan acelerómetros y giroscopios para recrear en 3D la trayectoria de la mano.
- Qué miden: ángulos de ataque, profundidad de la brazada, velocidad en distintos segmentos del ciclo.
- Beneficio principal: muestran un “mapa” tridimensional de la brazada, útil para corregir movimientos cruzados o demasiado abiertos.
- Aplicación práctica: mejorar la alineación corporal y el aprovechamiento energético en distancias largas.
3. Plataformas de datos de potencia y eficiencia
Los potenciómetros más avanzados no solo recogen datos, sino que ofrecen un análisis en tiempo real o diferido a través de aplicaciones y paneles digitales.
- Qué miden: potencia media y pico, cadencia de brazada, tiempo en cada fase, consistencia bajo fatiga.
- Beneficio principal: permiten a entrenadores y nadadores monitorizar la degradación técnica durante entrenamientos intensos o de larga duración.
- Aplicación práctica: planificar sesiones basadas en zonas de potencia acuática, al estilo de lo que ya se hace en ciclismo con las zonas de vatios.
Cómo los potenciómetros cambiarán el entrenamiento en natación
- De la intuición al dato objetivoLo que antes se corregía con “el ojo del entrenador”, ahora puede medirse con precisión: cuánta potencia genera cada brazo, cuánto se pierde y cómo evoluciona la técnica con la fatiga.
- Entrenamiento más eficienteAl igual que en ciclismo, los nadadores podrán entrenar en “zonas de potencia”, ajustando la intensidad con criterios científicos en lugar de sensaciones subjetivas.
- Corrección técnica más rápidaLos potenciómetros muestran si un cambio en la brazada realmente mejora la eficiencia, reduciendo el tiempo de ensayo y error.
- Prevención de lesionesDetectar asimetrías en la fuerza entre ambos brazos permite intervenir antes de que aparezcan sobrecargas o problemas en hombros.
Desafíos y futuro de los potenciómetros acuáticos
- Accesibilidad: siguen siendo dispositivos costosos, por lo que su uso está concentrado en clubes de alto nivel o federaciones.
- Curva de aprendizaje: los datos son complejos y requieren entrenadores formados en biomecánica para interpretarlos correctamente.
- Competición: algunos modelos ya cuentan con aprobación para ser usados en pruebas oficiales de piscina, lo que abre un debate sobre hasta qué punto su uso debería regularse.
A medio plazo, es probable que los potenciómetros se popularicen y, como ocurrió en ciclismo, pasen de ser una herramienta de élite a un recurso habitual en clubes y escuelas de natación.
Conclusión
La potencia ya no es un concepto exclusivo de ciclistas o corredores. En la natación, medir con precisión cuánta fuerza se aplica en cada brazada —y en qué dirección— está abriendo una nueva era de entrenamiento.
Los potenciómetros acuáticos convierten lo invisible en visible, permiten cuantificar la eficiencia técnica y ofrecen a nadadores y entrenadores una herramienta decisiva para nadar no solo más rápido, sino también mejor.