💡 En cada clase de yoga, el objetivo no es “llegar más lejos” sino encontrar la opción adecuada para ti, para tu cuerpo y tu momento.
El peligro aparece cuando vemos varias versiones de una postura (1, 2, 3, 4, 5…) y elegimos automáticamente la más avanzada, solo porque “parece mejor”. A veces, ese impulso viene del ego, no del cuerpo.
⚠️ Forzar sin tener claras las bases, la alineación o la respiración solo lleva a dos lugares:
👉 Malas posturas o desconexión.
👉 Riesgo de lesión o frustración.
✨ La humildad de quedarse en la opción 1, entendiendo profundamente lo que pasa en tu cuerpo, es una señal de práctica madura. No son las acrobacias las que definen a un yogui avanzado, sino la escucha, la paciencia y la constancia.
🚫 Pero ojo: no confundamos humildad con pereza. A veces también nos quedamos “en lo fácil” disfrazándolo de autocuidado… cuando en realidad estamos evitando salir de la zona cómoda.
🧘♀️ ¿Dónde sueles estar tú?
🔸 ¿En el grupo que se exige más de la cuenta, quiere demostrar, y lucha con su cuerpo para alcanzar variaciones avanzadas… aunque aún no estén preparadas?
🔸 ¿O en el grupo que hace menos de lo que puede, evita el esfuerzo, y usa el “hoy escucho mi cuerpo” como excusa para no incomodarse?
🌀 La práctica ideal no está en ninguno de los extremos.Está en el equilibrio entre esfuerzo consciente y respeto real por tu momento presente.