En Upaviṣṭha Koṇāsana (postura del ángulo sentado), forzar la cabeza y el pecho hacia el suelo con la espalda redonda es común... y contraproducente. La verdadera apertura no se logra tirando con la espalda, sino inclinando la pelvis correctamente. Observa la diferencia: - Espalda redondeada = pelvis bloqueada. La pelvis se inclina hacia atrás, la columna se curva y el movimiento se estanca. - Espalda larga = pelvis activa. El coxis se eleva ligeramente, la zona lumbar se alarga y el torso se inclina desde las caderas. Este pequeño ajuste pélvico cambia todo. No se trata de tener isquiotibiales súper flexibles desde el primer día (esa flexibilidad se desarrolla con práctica), sino de crear espacio donde realmente importa. Si tu cuerpo aún no se abre completamente, usa estas variaciones: 1. Siéntate en un bloque - elevar las caderas facilita la inclinación natural de la pelvis y te ayuda a encontrar una columna larga desde el inicio. 2. Dobla las rodillas- flexionar las rodillas libera la tensión de los muslos internos y permite que la pelvis haga su trabajo sin bloqueos. Es la mejor manera de aprender el movimiento. 3. Desde ahí, explora - con la pelvis activa y la espalda larga, la postura se irá abriendo poco a poco. La flexibilidad llega con la práctica constante y consciente. Recuerda: • La meta no es tocar el suelo con la frente, sino mantener la integridad de la postura. • Usa las variaciones no como un paso atrás, sino como la forma más inteligente de avanzar. • Concéntrate primero en el movimiento de la pelvis; la flexibilidad profunda llegará con el tiempo. ¿Has notado cómo un pequeño ajuste en la pelvis transforma esta postura? ¿En qué variación te reconoces más hoy?

Este es el espacio donde mis 5 minutos de calma cobran vida. Donde el ruido se para y yo me reconecto. ¿Y tú? ¿Dónde despliegas tu esterilla?¡Sube una foto de tu rincón al grupo! No tiene que ser perfecto, solo tiene que ser tuyo. ¡Di "este es mi espacio"! Empiezo yo... ya conoceis mi espacio de práctica ;)

Este vídeo me hizo decir: ”¡Vamos allá!” https://www.instagram.com/reel/DKKZgcqyt_P/?igsh=MXRhNW0zeW5lcDM5ag==

Hoy quiero compartir una experiencia que me dejó pensando 🤍 Estaba practicando al aire libre, y al terminar, dos personas se me acercaron para felicitarme por mi práctica de verticales 🤸‍♀️. Normalmente me da un poco de pudor practicar en espacios públicos, pero también siento que es una forma de mostrar una pequeña parte de lo que el yoga puede ofrecer, más allá de los estereotipos. Tal vez, incluso, despertar curiosidad en alguien que aún no ha dado el paso de empezar. Me preguntaron: “¿Cómo aprendiste a hacer eso?”Mi respuesta fue sencilla: No hay secretos. Es cuestión de repeticiones. Es practicar cada día. Sí, de verdad, cada día. ✨ La reflexión que quiero dejaros es esta: No podemos esperar ser buenos en algo si acabamos de empezar. No es realista pensar que sin experiencia previa vamos a tener dominio. Pero lo que sí podemos hacer es practicar, repetir, fallar y volver a intentarlo. Día tras día. No importa si tienes talento natural o no. La práctica constante supera cualquier inclinación natural. Esta idea se repite en el yoga, en la música, en el deporte, en el arte… en todo lo que requiere crecimiento real. 🌱 Así que, si hay algo que se te resiste en tu práctica, no te frustres. No estás “fallando”. Estás construyendo. Cada intento cuenta. 💛 ¿Nos compartes algo que pensaste que iba a ser imposible para ti y al final lo lograste? Para mi fue Pincha Mayurasana. Creo que tengo sim exagerar, más de 1000 repeticiones en esta postura. Ommm 🕉️

🌟 Nunca fui muy deportista… hasta que encontré el yoga 🧘‍♀️💫 De pequeña, probaba muchas actividades, pero nunca mantenía la constancia. En mi familia, nadie hacía deporte regularmente. No era parte de nuestra rutina. Más adelante, empecé a hacer rutinas para perder peso, vídeos de ejercicio en casa con Cindy Crawford 😅. Fue en mis veintitantos, viviendo en Londres, cuando por fin algo cambió. Trabajaba en una oficina y nos daban descuento para el gimnasio enfrente. Probé varias clases dirigidas, hasta que un día me topé con una clase de yoga… ¡y con un profesor increíble! Sentí algo distinto. Me encantó cómo me hacía sentir. Empecé a seguir sus clases en diferentes lugares, incluso dedicando 3 horas de desplazamiento para poder practicar con él. 🚶‍♀️🧘‍♀️ Y entonces pasó algo que nunca me había ocurrido con ninguna otra actividad:✨ Me enamoré de lo que estaba haciendo. Me gustaba el desafío, que era difícil y que no podía hacer muchas de las cosas, sentir y explorar mi cuerpo, observar cómo reaccionaba mi mente, y sobre todo, la sensación al final de cada práctica. Las palabras del profesor me llegaban al corazón. Y con cada clase, encontraba algo nuevo. Algo desafiante. Algo transformador .Y eso no ha cambiado, incluso después de 19 años. 💖 ¿Y tú?💬 ¿Cómo fue tu primer contacto con el yoga? ¿Qué te hizo seguir?