¿PORQUE NO HAY ENFERMEDADES MODERNAS EN TRIBUS PERDIDAD EN LA ACTUALIDAD?
Es una pregunta poderosa y facil a la vez, si hay enfermedades modernas en estas tribus. Pero con un pequeño detalle, nosotros les llevamos estas enfermedades hace bien poco. Ahora lo entenderás. Pueblos como los Hadza de Tanzania, los Tsimane de Bolivia, los Yanomami de la Amazonía, los Kitava en Papúa Nueva Guinea, o los Inuit en sus formas de vida tradicionales, han sido objeto de numerosos estudios antropológicos y médicos. Lo sorprendente es que, entre ellos, las enfermedades que consideramos "normales" en el mundo moderno —como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad, cáncer de colon, Alzheimer o incluso depresión crónica— prácticamente no existen, o existían. Y no es porque no vivan lo suficiente para desarrollarlas. Aquí es donde entra en juego un matiz importante: la esperanza de vida media en estas sociedades puede parecer baja, a menudo entre los 30 y 40 años. Pero esto se debe principalmente a altas tasas de mortalidad infantil. Cuando eliminamos ese factor, logramos ver que muchas personas en estas comunidades llegan a los 60, 70 y hasta más de 80 años en buen estado de salud física y mental. Sin estas enfermedades modernas. Entonces, ¿Qué cambia? ☀️Estas sociedades comparten ciertos elementos esenciales: una dieta natural y no procesada, una vida físicamente activa (pero no extenuante), un fuerte sentido de comunidad y propósito, ciclos de sueño alineados con la luz solar, y casi ninguna exposición a los ultraprocesados, al estrés crónico laboral o a la soledad moderna. 🔝En esencia, viven en coherencia con los entornos para los que fuimos diseñados evolutivamente. Esto no significa que el mundo moderno no haya traído avances valiosos, pero sí nos obliga a preguntarnos: ¿Cuánto de nuestro sufrimiento actual es el precio de una desconexión radical con nuestra biología? La evidencia es contundente: muchas de las llamadas “enfermedades de la civilización” son, en realidad, consecuencias de estilos de vida incompatibles con nuestra naturaleza humana. No son inevitables. Son prevenibles. Y, en muchos casos, reversibles.