Una semanita. Nada más y nada menos que 7 días me tomó decantar (y a la vez, seguir explorando) todo lo que me despertó, abrió y contó la experiencia que viví el sábado pasado en el Networking presencial de Emprender por el Mundo, organizado por @María Noel Mares y con la participación especial de Sol Guerrero. ¿Cómo fui? Sin esperar nada en concreto. Pero hasta ahí, bien, pulgar arriba, porque Noe lo dijo claro ese mismo día “nunca se sabe de antemano qué es lo que va a pasar en mis networkings… organizo la reunión, sí, pero LO QUE PASA, es imposible de saberlo antes. Llegamos, cada una pone su presencia y… a vivir una experiencia única”. ¿Y qué pasó? Que conocí a mujeres nuevas para mí, súper potentes, algunas con proyectos muy afines al mío (hola, posibles colaboraciones 🤩) y también me reencontré y abracé con otras a las que siento amigas. Hermoso, sí. Pero eso solo fue el primero. No sabés cómo venía el segundo… El taller de constelaciones de Sol fue… extremadamente power. Fue revelador, fue potente, fue movilizador… me removió tanto que mi corazón se puso a galopar y ya no sabía qué sentir. Me desveló datos de mi propia vida que desconocía por completo y me dejó con unas perlas para enmarcar en mi memoria, mientras… las sigo sintiendo, las sigo pasando por mi cuerpo, las sigo analizando (y no creo que termine pronto). Volví a casa con la certeza de que este tipo de experiencias son pura expansión. Y aquí te lo conecto, contigo y tu negocio: a veces nos obsesionamos con la estrategia "del negocio", y se nos olvida que el negocio empieza y termina en nosotras mismas. Cualquier puerta que abras en tu expansión personal, acaba abriendo, sí o sí, una puerta en tu expansión profesional. Porque tu negocio es un reflejo de ti. El sábado pasado fue un recordatorio de lo importante y saludable que es salir, encontrarse con otras emprendedoras solo por el gusto de encontrarse, y que suceda lo que tenga que suceder. Que la vida es demasiado grande y generosa para no dejarle espacio a que nos sorprenda.

Emprender es emocionante, pero también es agotador. Y no pasa nada si hay días en los que no nos sentimos motivadas. Es normal. Lo importante es cómo nos cuidamos y qué hacemos para recuperar nuestro ánimo sin juzgarnos. En mi experiencia, hay varias cosas que ayudan a reconectar con la energía: 1️⃣ Parar y respirar: A veces necesitamos detenernos, tomar unos minutos de respiración consciente o meditación, y simplemente permitirnos sentir sin presión. 2️⃣ Mover el cuerpo: Salir a caminar, bailar en casa o hacer estiramientos rápidos ayuda a liberar tensión y cambiar el chip. 3️⃣ Reconectar con tu “por qué”: Recordar por qué empezaste tu proyecto, leer tus notas o visualizar tus logros puede traer claridad y motivación. 4️⃣ Hacer tareas pequeñas y concretas: No todo tiene que ser grande o productivo. Hacer algo sencillo y visible puede generar sensación de avance y activar tu energía. 5️⃣ Inspirarte en otros: Leer un artículo, escuchar un podcast o ver un vídeo que te motive puede reavivar tu entusiasmo. 6️⃣ Autocuidado: Tomarte un baño, preparar tu té favorito, escuchar música o simplemente descansar un rato. Tu bienestar es prioridad. 7️⃣ Hablar con alguien que te entienda: Compartir cómo te sientes con otras emprendedoras puede ayudarte a sentir que no estás sola. ✨ Cada persona encuentra su propia combinación. Lo importante es permitirse sentir y elegir conscientemente qué acciones nos ayudan a levantar el ánimo. Me encantaría crear una lista entre todas nosotras:💡 ¿Qué haces tú en los días que no te sientes motivada?

La constancia en el ejercicio. ¿Eres de las que le cuesta el tema? ¡A mí también! ¿Cuántas seremos las que nos bajamos una app para hacer gimnasia, o seguimos a alguien de YouTube con toda la ilusión? Primera semana, de lujo. Segunda semana, con esfuerzo pero vamos. Tercera semana, reuniones, clases, hijas… bueno, hoy paso, pero recupero el finde. Y el finde… mejor ni te cuento. Y así perdía la cuenta… entonces elegía hacer lo que yo quería en lugar de lo que tocaba. Ah! Y si podía ese día, porque viste cómo son los imprevistos 😅 Por suerte, hace poco más de un mes descubrí algo que cambió lo que pensaba sobre “elegir qué clases hacer según mi gusto”, 𝘆 𝘁𝗮𝗺𝗯𝗶𝗲́𝗻 𝗰𝗮𝗺𝗯𝗶𝗼́ 𝗺𝗶 𝗰𝘂𝗲𝗿𝗽𝗼, 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗲𝘀 𝗽𝗼𝗰𝗼. Porque el problema no era yo, era que intentaba hacerlo sola. Ahora cuento con dos cosas que me sostienen (además de mi familia que también respetan mis horarios, claro): 1. 𝗧𝗲𝗻𝗴𝗼 𝘂𝗻𝗮 𝗴𝘂í𝗮 𝗿𝗲𝗮𝗹 (𝘆 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗮𝗯𝗲 𝗺𝘂𝗰𝗵𝗼): ¡Sofi! Ella te conoce, ya sabe qué te duele y por qué, sabe qué querés lograr (sea bajar de peso, estilizarte, tener más aguante cuando salís a correr) y por eso te indica cómo adaptar un ejercicio o una comida, o te dice "enfócate en esta clase, porque es lo que necesitás". De hecho gracias a ella descubrí un tema con mis cervicales que sola me estaba haciendo mal. 2. 𝗬 𝗺𝗮́𝘀 𝗺𝘂𝗷𝗲𝗿𝗲𝘀 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘆𝗼: no es un grupo de WhatsApp para pasar a dar los buenos días, sino un espacio que usas para alentar y alentarte. Puedes entrar y decir "Chicas, hoy no quiero entrenar, no tengo ganas, ¿me ayudan?" y que te respondan. O también celebrar "¡Nunca creí que haría esta clase del tirón y aquí estoy, feliz como una perdiz!". Con esto, la constancia dejó de ser un problema. Las clases son cortas (20-40 min), 3 veces por semana, pensadas para hacer en tu casa. Claro que hay días más difíciles. Pero es que el grupo y tu propio cuerpo te alientan a seguir. Porque los cambios se ven y se sienten. Y si realmente no quedó espacio en el día para la clase, @Sofia Lupo te dice “No pasa nada. No te preocupes. Medita 10’ y ya hiciste algo bueno para tu cuerpo”.

Me acaba de suceder algo ( una vez más) que me deja 🫣 desde enero / febrero no recuerdo bien el exacto qué mes del 2024 cuando decidí lanzarme con mis servicios y productos de consultorías/ programas y acompañamientos para emigradas - emprendedoras, comenzó el número 444 a literalmente aparecerme en todos lados, de maneras muy insólitas inclusive por ejemplo mi hijo encontrarse una carta del juego del 1 en la calle que sea la del 4 ( que en la imagen hay 3 números 4) y que me diga “este regalo es para vos” y así muchos ejemplos mas ramdom….. Creo muchísimo en el sincrodestino, en las señales, en los mensajes que están ahí esperando que les veamos. Pero lo que me acaba de suceder recién no deja de sorprenderme, JAMÁS MIRO LAS NOTIFICACIONES DE MI TELÉFONO, de hecho las tengo siempre en modo “no mostrar notificaciones” pero hoy aparece la imagen que les pongo comparto abajo… Y decido seguir la notificación e ir a ver el mensaje, y bueno quería venir a compartirlo hoy aquí, porque está tan alienado con todo lo que venimos conversando y trayendo como reflexionen la comunidad que quizás alguien más tiene que escucharlo y/o leerlo ( yo le tuve que poner traducción no hablo inglés - por ahora) Les dejo a continuación la imagen y el video es cortito de 2 minutos pero contundente. https://youtu.be/ASsrmvM70HM?si=Bw1cZNIWqO7eaOpghttps://youtu.be/ASsrmvM70HM?si=Bw1cZNIWqO7eaOpg Y dejo dos preguntas : 1- ¿Les ha pasado o les pasa así que un número se les presente casi cada día o muy seguido en momentos muy espeficos que te encuentras pensando o sintiendo algo y de repente PUM así el número en la vista de la forma más ramdom? 2- si leíste este post y viste el Video con el mensaje… era lo que necesitas escuchas hoy?

Algo que he ido aprendiendo en mi propio camino es que no es lo mismo estar todo el día ocupada que estar de verdad comprometida con mi proyecto. Ocuparme, claro que me ocupo: publicar, responder mensajes, preparar contenidos… todo eso es parte del trabajo. Pero el compromiso va más allá. Para mí significa tener claro hacia dónde quiero ir, y trabajar con constancia aunque los resultados no sean inmediatos. He visto que cuando me dejé llevar por la urgencia del “tengo que vender ya” o “esto tiene que salir mañana”, terminé agotada y con la sensación de no avanzar. En cambio, cuando me paro desde el compromiso, me permito dejar que las cosas maduren. Como cuando sembrás algo: lo regás, lo cuidás, pero sabés que el fruto no aparece de un día para el otro. Y ese compromiso no es solo con el negocio. También es conmigo, con la vida que quiero disfrutar mientras construyo. Porque de nada sirve alcanzar objetivos si en el camino me pierdo la vida que valoro. Entonces, me pregunto y te pregunto: 👉 ¿Estás realmente comprometida con lo que querés crear, o solo corriendo detrás de pendientes? 👉 ¿Tus acciones reflejan ese compromiso, aunque sean chiquitas? 👉 ¿Cómo podés sostener tu proyecto sin dejar de lado tu propia vida? En mi experiencia, la clave no está en la rapidez, sino en la coherencia. No se trata de hacer por hacer, sino de elegir con claridad qué acciones me acercan a lo que deseo y sostenerlas en el tiempo. El compromiso verdadero se siente distinto: no pesa, da calma. Porque sabés que cada paso, por pequeño que sea, te está acercando a tu meta. ✨ Y vos, ¿con qué parte de tu proyecto sentís hoy mayor compromiso?