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🎬 5 películas viejitas que vale la pena ver con nuestros hijos
En casa amamos las películas con una buena historia, mucho corazón y un gran mensaje... y hay algo en el cine de antes que pocas veces se encuentra en el moderno. Son de esas películas que no solo entretienen, sino que dejan algo sembrado en todos, especialmente en los niños. Aquí te dejo 5 películas clásicas que podrías ver este fin de semana con tus hijos. Algunas quizás las viste tú de niño… y vale la pena volver a verlas con ellos. 1. Liberen a Willy (1993) – Amistad, lealtad y amor por los animales Una historia de conexión entre un niño solitario y una orca en cautiverio. Enseña que no hay amistad verdadera sin libertad. 2. La isla de los Robinsons (1960) – Aventura, familia y supervivencia Una familia náufraga en una isla desierta y aprende a vivir con lo esencial. Una gran forma de hablar sobre unidad, ingenio y valores. 3. Karate Kid (1984) – Disciplina, respeto y perseverancia No se trata de pelear, sino de aprender quién eres. Ideal para hablar de esfuerzo, humildad y no rendirse. 4. Querida, encogí a los niños (1989) – Imaginación, ciencia y conexión familiar Además de divertida, nos recuerda que a veces lo más grande está en lo más pequeño: pasar tiempo juntos. 5. Milagro en la calle 34 (1994) – Fe, inocencia y bondad Una joya navideña para ver en cualquier época. Una invitación a volver a creer… y a no dejar que el mundo nos endurezca. 📌 ¿Cuál de estas viste tú? ¿Cuál agregarías a la lista? Revivamos juntos esas historias que alguna vez nos marcaron a nosotros.
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🎬 5 películas viejitas que vale la pena ver con nuestros hijos
🚀 ¿Qué pasó con el genio que llevaban dentro?
Hace algunos años, la NASA encargó un estudio para identificar qué características hacían a ciertos científicos y astronautas excepcionalmente creativos. Para su sorpresa, los investigadores descubrieron que la clave no estaba en los títulos o la experiencia, sino en un tipo de pensamiento llamado “pensamiento divergente”: la capacidad de ver múltiples soluciones a un problema. Intrigados, decidieron aplicar el mismo test a niños de 4 y 5 años. El resultado fue asombroso: el 98% de ellos calificó en el rango de “genio creativo”. Eran capaces de imaginar soluciones inesperadas, crear nuevas posibilidades y pensar fuera de la caja. Pero lo más impactante vino después. El mismo grupo fue evaluado años más tarde. A los 10 años, solo el 30% mantenía ese nivel de creatividad. A los 15, el número bajó al 12%. Y en la edad adulta… apenas un 2% conservaba esa capacidad. El resto se había adaptado al sistema. A pensar “como se debe”. A responder sin dudar. A elegir siempre “la opción correcta”. Lo que mató el genio no fue la edad… fue la educación. Vivimos en una cultura que premia las respuestas rápidas, no las preguntas profundas. Que castiga el error, en lugar de celebrarlo como parte del proceso. Que enseña a memorizar, pero no a imaginar. Y esto nos deja una gran lección como padres: si queremos que nuestros hijos mantengan ese genio natural que traen dentro, tenemos que proteger su creatividad, su curiosidad y su libertad de pensar distinto. No se trata de desescolarizarlos. Se trata de nutrir lo que la escuela muchas veces no cultiva: la capacidad de hacerse preguntas, de equivocarse sin miedo, de imaginar, de explorar, de construir su propio criterio. El verdadero aprendizaje ocurre cuando hay emoción, juego, conexión y propósito. Y el verdadero reto es no apagar esa chispa que ya viene encendida desde que nacen. 📌 Esta semana, pregúntense: ¿cómo estamos nutriendo la creatividad de nuestros hijos? ¿Estamos ayudándolos a pensar… o solo a obedecer? Los leo en los comentarios 👇
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🚀 ¿Qué pasó con el genio que llevaban dentro?
🌳 Raíces fuertes, hijos fuertes.
Existe un estudio fascinante que observó cómo crecen los árboles en entornos artificiales diseñados para simular condiciones ideales de vida. Todo parecía perfecto: buena tierra, luz controlada, agua constante… pero algo inesperado sucedía una y otra vez: cuando estos árboles alcanzaban cierta altura, se caían. La razón era simple y profunda: no tenían raíces fuertes. En ese ambiente perfecto, sin viento, sus raíces no habían tenido que esforzarse para sostenerlos. Y entonces, ante el primer reto… colapsaban por su propio peso. Ahora pensemos en nuestros hijos. Vivimos en una época que busca eliminar toda incomodidad: les resolvemos todo, les evitamos la frustración, los sobreprotegemos del esfuerzo, del dolor, del viento. Pero en ese intento por evitarles sufrimiento, muchas veces les robamos la oportunidad de desarrollar raíces fuertes: carácter, resiliencia, criterio, tolerancia a la frustración, identidad. Y esas raíces no se forman con teoría. Se forman con retos reales, pequeños fracasos, correcciones firmes, límites claros, y amor incondicional. Cuando un niño crece sin enfrentar dificultades, se vuelve más propenso a trastornos emocionales, inseguridades profundas, conductas de riesgo y dependencia emocional o ideológica. No porque “algo le pasó”, sino porque nunca se entrenó para resistir. Así como el viento fortalece las raíces de los árboles, los retos —bien acompañados— fortalecen a nuestros hijos. No estamos aquí para hacerles el camino fácil. Estamos aquí para formar personas capaces de caminar, incluso cuando el viento sopla fuerte.
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🌳 Raíces fuertes, hijos fuertes.
"La importancia del contacto físico con los hijos" ❤️🤗🤱
Fragmento del capítulo “Un hombre amoroso” de mi libro Papá también es Irremplazable. Al criar, el punto de partida siempre debe ser el amor. Cuando educamos desde el amor, cualquier enseñanza se recibe con mayor apertura… y deja una huella más profunda. Nuestros hijos no solo necesitan sentirse seguros o bien cuidados: necesitan sentirse amados. Y ese amor no se demuestra solo con palabras, sino también con gestos. Un abrazo. Una caricia. Un momento de presencia total. Como todos los mamíferos, los niños necesitan contacto físico para sentirse protegidos, consolados… vivos. En mi casa esto se da naturalmente: nos abrazamos, nos decimos cosas bonitas, nos acurrucamos. Pero sé que no para todos es igual de fácil, especialmente si no lo vivieron en su infancia. Por eso quiero compartir una historia que aparece en el libro Encuentra tu persona vitamina, de Marian Rojas Estapé: "Un pediatra llamado Fritz Talbot visitó un hospital en Alemania antes de la Primera Guerra Mundial. Ahí, vio a una señora mayor llamada Anna sosteniendo a un bebé que los médicos habían desahuciado. Cuando preguntó quién era ella, le respondieron: “Es la encargada de cuidar a los bebés sin esperanza. Y muchos de ellos se salvan.” Anna no era doctora. Pero con abrazos, palabras y calor humano, lograba lo que los medicamentos no podían. Ese amor físico despertaba en los niños algo que los hacía volver a luchar por la vida." No hay medicina más poderosa que el amor. Y en casa, ese amor se transmite en los detalles: un masaje a mamá, una notita en la lonchera, un beso en la frente, una palabra al oído, un abrazo espontáneo. 🎁 Muchos padres se enfocan en dar cosas materiales. Pero ningún regalo vale tanto como tu presencia real y tu cariño sincero. 📌 ¿Qué detalle amoroso le diste hoy a tu familia? Compártelo en la comunidad. A veces, las cosas más pequeñas… son las que más se quedan en el corazón. Link para comprar el libro en Amazon: •⁠ ⁠MX: https://www.amazon.com.mx/dp/6072969402
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"La importancia del contacto físico con los hijos" ❤️🤗🤱
🛡️ De nada sirve proteger en el mundo real cuando se descuida en el digital
🚨 Fragmento del próximo taller: Alerta Súper Papás Disponible en septiembre en nuestra comunidad “Una de las mayores incongruencias de los padres de hoy es que sobreprotegemos a nuestros hijos en el mundo real… para dejarlos a su suerte en el mundo digital, que es justo donde hoy acechan los peores peligros.” Vivimos en la era digital. Las pantallas, las redes sociales y los dispositivos están en todos lados: en la escuela, en casa, ¡y en los bolsillos de nuestros hijos! La tecnología puede educar, conectar y abrir oportunidades… pero también puede destruir la inocencia, robar el tiempo y moldear la mente de formas que no podemos ignorar. El problema no es la tecnología. El verdadero reto está en cómo, cuándo y para qué se usa. Uno de los grandes focos rojos son las redes sociales e influencers. Hoy, cualquiera con un teléfono puede tener más influencia sobre tu hijo que tú mismo. Muchos promueven estilos de vida vacíos, ideales imposibles o conductas peligrosas que generan ansiedad, frustración… o algo peor. Las pantallas no solo distraen: alteran el sueño, reducen la atención y afectan el desarrollo cerebral si se usan sin control. Y el riesgo más grave: el grooming. Adultos que se hacen pasar por jóvenes para ganarse la confianza de un niño o adolescente, y desde ahí manipular, abusar o explotar. Todo puede empezar con un simple mensaje “inocente” o un comentario amable en una publicación. ¿Te ha pasado? ¿Tus hijos ya tienen celular o redes sociales? Cuéntanos tu experiencia. Este septiembre, en el taller: "Alerta Súper Papás", vamos a prepararnos juntos para enfrentar estos desafíos con herramientas, lecciones y estrategias claras para proteger lo que más amamos. 📌 Muy pronto más información.
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🛡️ De nada sirve proteger en el mundo real cuando se descuida en el digital
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Súper Papás
skool.com/superpapas
La comunidad para mamás y papás que quieren formar hijos fuertes, felices e independientes 💪❤️
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