Autocompasión
En esta semana vamos a hablar de un tema central en la psicología contemporánea: la autocompasión. Para comprenderla, primero necesitamos entender de dónde provienen las emociones que más suelen dañarnos por dentro: la vergüenza, la culpa y la autocrítica.
¿Por qué sentimos vergüenza, culpa y autocrítica?
Estas tres respuestas emocionales tienen una función adaptativa y evolutiva. Nos ayudaron a sobrevivir como especie y a mantener la cohesión social.
  • Vergüenza: aparece cuando sentimos que no cumplimos con las expectativas del grupo. En un entorno ancestral, el rechazo social significaba aislamiento y peligro real. Ejemplo actual: después de cometer un error en el trabajo, alguien piensa “ahora todos van a verme como incompetente”.
  • Culpa: surge cuando hemos hecho algo que percibimos como dañino para otros o contrario a nuestros valores internos. Es un regulador moral que impulsa a reparar. Ejemplo: discutir con un familiar y sentir la necesidad de disculparse.
  • Autocrítica: es un mecanismo interno que intenta anticipar y corregir errores antes de que los demás nos juzguen. Ejemplo: después de hablar en público, repetirse mentalmente “lo hice fatal, nunca soy lo suficientemente bueno”.
¿Qué ocurre cuando se exageran?
En una psique sana, estas emociones son señales temporales que orientan hacia un ajuste de conducta o hacia la reparación de un vínculo. Pero en un entorno psicológico tóxico (externo o interno), se convierten en estados crónicos:
  • La vergüenza excesiva nos lleva a escondernos, aislarnos y sentir que no merecemos pertenecer.
  • La culpa desproporcionada paraliza, produce rumiación constante y nos hace cargar con responsabilidades que no son nuestras.
  • La autocrítica destructiva erosiona la autoestima, disminuye la motivación y puede convertirse en un círculo de autoataque.
¿Cómo deberían funcionar en un entorno saludable?
  • La vergüenza sana es breve: aparece, nos muestra que algo no salió como esperábamos, y se disuelve cuando integramos el aprendizaje.
  • La culpa sana es proporcional al acto y nos impulsa a reparar de manera constructiva, no a castigarnos sin fin.
  • La autocrítica funcional se transforma en autoevaluación realista: reconocer errores sin confundirlos con la identidad personal.
Ejemplo:
  • Autocrítica destructiva: “soy un fracaso”.
  • Autoevaluación sana: “esta vez no salió bien, la próxima puedo hacerlo de otra forma”.
¿Cómo trabajar con estas emociones?
La psicología moderna ofrece varios caminos:
  • Terapia: identificar patrones de autocrítica heredados de la infancia o del entorno social y aprender a desactivarlos.
  • Ejercicios de mindfulness y autocompasión: entrenar la capacidad de observar emociones sin juzgarlas y de responder con amabilidad.
  • Nuevos hábitos psicoemocionales: crear rutinas donde el error se viva como aprendizaje y no como amenaza (ejemplo: escribir cada noche un error del día y la lección que trajo).
Idea clave de esta semana
Recordemos: no somos nuestros errores. Las equivocaciones son experiencias de la vida que, bien integradas, se convierten en sabiduría y resiliencia.
En esta semana vamos a entrenar esa mirada: dejar de castigarnos y empezar a acompañarnos. Porque el primer paso hacia el amor propio no es la perfección, sino la autocompasión. 💛
Una perspectiva espiritual
Desde la espiritualidad podemos ver que equivocarse es imposible, porque todo ocurre para nuestro mayor bien. Cada situación trae una enseñanza, aunque a veces duela. La culpa, en lugar de hundirnos, puede ser un recordatorio de que tenemos valores y de que siempre es posible alinear nuestras acciones con ellos.
Mini ejercicio
Diálogo amable en el espejo
Objetivo
Reentrenar el diálogo interno. Cambiar autocrítica por autocompasión y activar una sensación de apego seguro dentro de ti.
Materiales
Espejo. Tres fotos tuyas: niña, adolescente y actual. Notas adhesivas o una hoja y pluma.
Tiempo
De 7 a 10 minutos.
Preparación
Coloca las fotos alrededor del espejo. La de tu infancia a la izquierda, la de adolescencia a la derecha, la actual abajo o arriba. Respira lento durante 30 segundos.
Paso a paso
  1. Mira tu foto de cuando eras niña. Di tu nombre y tres frases de apoyo en voz alta.Ejemplos: estoy contigo, no tienes que ser perfecta, mereces amor y cuidado.
  2. Mira tu foto de adolescencia. Repite tres frases que esa versión necesitaba escuchar.Ejemplos: tus emociones importan, puedes equivocarte y aprender, pedir ayuda está bien.
  3. Mírate tal como eres hoy. Di tres frases realistas y amables.Ejemplos: hice lo mejor posible con lo que tenía, puedo reparar lo que sea necesario, sigo creciendo cada día.
  4. Integra. Mira las tres versiones a la vez y formula un mensaje único para todas. Una frase corta que empiece con hoy decido. Escríbela en una nota y pégala cerca del espejo.
Cierre
Coloca una mano en el corazón y otra en el abdomen. Inhala cuatro tiempos, exhala seis tiempos durante un minuto.
Registra en tu cuaderno: qué emoción apareció, qué frase te calmó, qué necesitas hoy.
Frecuencia
Una vez al día o cada dos días.
Indicadores
Antes y después califica de 0 a 10 tu nivel de dureza y tu nivel de amabilidad. Observa la tendencia semanal.
Ejercicio profundo
Mapa de errores como maestros
Objetivo
Transformar culpa tóxica en culpa reparadora. Convertir la autocrítica en autoevaluación y en acciones concretas de reparación y aprendizaje.
Materiales
Hoja grande o documento digital. Dibuja una tabla con estas columnas:
  1. Error y contexto
  2. Impacto en mí y en otras personas
  3. Cinco aprendizajes y recursos que descubrí
  4. Cómo puedo reparar o compensar
  5. Siguiente acción concreta con fecha
  6. Ritual de reparación simbólica
  7. Evidencia de progreso
Paso a paso
  1. Elige de tres a cinco errores que aún te duelen. Uno por fila. Describe el contexto con hechos breves.
  2. Impacto. Escribe cómo te afectó y cómo afectó a otras personas. Diferencia hechos de interpretaciones.
  3. Cinco aprendizajes. Para cada error anota al menos cinco razones por las que te enseñó algo o te llevó a un resultado valioso.Ejemplos de ángulos: límites personales, manejo del tiempo, comunicación, regulación emocional, elección de entornos más sanos.
  4. Reparación. Define qué es reparar en ese caso. Puede ser disculpa clara, devolución, enmendar un proceso, establecer un límite, pedir una conversación pendiente.
  5. Acción con fecha. Escribe una acción pequeña y verificable, con día y hora.
  6. Ritual simbólico. Elige un gesto de bondad dedicado a liberar culpa y a transformar la energía del error.Ideas: pagar discretamente una parte de la compra de alguien en la fila del súper, donar 100 pesos a una causa que te importe, regalar una flor a una mujer desconocida, escribir una nota de gratitud. Anota el gesto elegido y la fecha en que lo harás.
  7. Evidencia. Una semana después vuelve a la tabla y registra qué cambió en ti, en la relación o en el resultado.
Recomendaciones
Usa lenguaje descriptivo y no identitario. En lugar de soy irresponsable escribe llegué tarde tres veces este mes.
Si el error involucra a otra persona, prepara la disculpa con estructura: reconozco el hecho, valido el impacto, explico sin excusar, propongo reparación, pregunto si hay algo más que pueda hacer.
Límite sano. Máximo una hora por sesión para evitar rumiación. Cierra siempre con una respiración lenta y una frase de autoapoyo.
Plantilla breve para cada fila
Error y contexto:
Impacto en mí y en otras personas:
Aprendizajes uno a cinco:
Cómo puedo reparar o compensar:
Siguiente acción concreta con fecha:
Ritual simbólico elegido:
Evidencia de progreso a los siete días:
¿Quieres que lo ponga en un formato listo para copiar y pegar en tu plataforma del club, con títulos, emojis y espacios exactos como te gusta?
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Ekaterina Komleva
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