¿Te has dado cuenta de cómo observan los niños cuando hablamos con otras personas? No solo escuchan… absorben. Todo.
Más que con palabras, aprenden con nuestros actos.
Por eso, trato cada día de hablar desde el respeto, incluso cuando me equivoco.
A veces, cuando noto que no respondí como quería, me acerco a mi hija y le digo:
"Lo siento, mamá se equivocó. ¿Te ha pasado que reaccionas sin pensar?"
Y muchas veces, su respuesta es tan simple como un "sí, mami"… o un abrazo.
Ahí es cuando confirmo que, aunque no siempre lo hagamos perfecto, lo importante es mostrarles que se puede reparar, que se puede aprender.
Ser ejemplo no es ser impecable, es ser humana y estar dispuesta a crecer. 🌱