¿Qué pesa más en un Ingeniero/Arquitecto: la experiencia de obra o la capacidad de adaptarse al cambio?
En los proyectos de hoy, sobre todo con la integración de BIM y nuevas tecnologías, noto una brecha interesante (acepto criticas constructivas): - Quien domina la herramienta digital muchas veces no tiene la experiencia de campo. - Quien tiene la experiencia de campo muchas veces no domina la herramienta. Entonces surge la pregunta: ¿qué debería valorarse más?¿La capacidad de resolver imprevistos en la obra porque ya los viviste antes, o la capacidad de adaptarse a nuevas formas de trabajar aunque aún no hayas ensuciado las botas? Personalmente creo que el verdadero diferencial está en el equilibrio: un ingeniero que combina cancha en obra con apertura al cambio tiene un valor incalculable para cualquier proyecto. Pero, ¿estamos formando y contratando pensando en ese balance? Y aquí me queda otra duda: ¿cómo detectamos realmente si alguien es adaptable? ¿Basta con mirar certificados de cursos o deberíamos fijarnos en cómo esa persona reacciona ante la incertidumbre y los cambios en un proyecto? Creo que, se nota mucho cuando alguien aprende rápido de los errores, pide feedback sin miedo y se atreve a probar nuevas formas de trabajar. Pero "NO" siempre es fácil verlo en una entrevista o en un CV. ¿Qué opinas tú? ¿Estamos listos como sector para valorar más la adaptabilidad y no solo los años de experiencia o la cantidad de software que alguien maneja?