Todos lo sentimos.
Miedo a fracasar.
Miedo a lo que dirán los demás.
Miedo a perder dinero, tiempo o reputación.
Yo también lo he sentido.
La primera vez que hablé en público.
La primera vez que lancé un negocio.
La primera vez que fallé por completo.
No fue perfecto.
Pero seguí adelante — y con el tiempo, funcionó.
Aprendí algo muy poderoso:
El miedo no desaparece antes de actuar.
Se va mientras actúas.
Así que si estás esperando a “dejar de sentir miedo” para moverte… puede que esperes para siempre.
El antídoto contra el miedo es la acción.
Haz un plan.
Saca los números.
Empieza pequeño.
Y si hace falta — hazlo con miedo, pero hazlo.
Pregúntate:
¿Qué es lo peor que podría pasar?
¿Qué puedo hacer para estar preparado?
Porque cambiar duele —
Pero quedarse igual también duele.
Tú eliges cuál de esos dos dolores te lleva al crecimiento.