Agradecida con mi papairo Dios Gracias, vida. Hoy me detengo un momento para reconocer con gratitud todo lo que soy y todo lo que tengo. Gracias por mi cuerpo, que me sostiene, me mueve y me permite experimentar el mundo. Gracias por mi mente, que aprende, crea, sueña y transforma. Gracias por mis emociones, que me conectan con los demás y me recuerdan que estoy viva. Gracias por las personas que me rodean, por los vínculos que me nutren, por los abrazos, las palabras, los silencios compartidos. Gracias por los desafíos, porque me han enseñado a ser fuerte, a crecer, a valorar cada paso. Gracias por los momentos de luz y también por los de sombra, porque ambos me han formado. Gracias por el hogar que me cobija, por el alimento que me nutre, por el tiempo que me permite ser. Gracias por la oportunidad de seguir construyéndome, de seguir eligiendo, de seguir amando. Hoy agradezco, sin condiciones, sin prisas. Porque lo que soy ya es suficiente. Y lo que tengo, es un regalo.