¿Alguna vez has sentido que repites los mismos patrones familiares que tanto te dolían de niña? A mí me pasaba constantemente. Cuando nació mi hija, decidí que no quería criarla con los mismos gritos ni castigos que viví. Quise romper ese ciclo y ofrecerle un espacio lleno de amor y paciencia.
Claro, no siempre fue fácil. Hubo días en que me salían las palabras hirientes casi de forma automática. Pero, con tiempo y dedicación, aprendí a poner límites desde la empatía y a hablar con respeto. Hace poco, mientras jugábamos en el parque, mi pequeña me soltó de la nada: “Mami, me encanta que me escuches”, y sentí que el corazón me estallaba de alegría.
Recuerda que, si alguna vez te ves repitiendo los viejos ciclos, siempre estás a tiempo de cambiar y de construir un hogar lleno de ternura y comprensión 🌷.