-Transparencia: Fundamental en sectores como salud o banca, donde una decisión puede afectar vidas o patrimonios. -Responsabilidad: Permite auditar y revisar errores o sesgos. -Confianza: Cuando entendemos lo que hace una IA, confiamos más en usarla (y corregirla si es necesario). -Regulación: Muchos marcos legales como el de la UE ya exigen cierto nivel de explicabilidad en sistemas automatizados.