Este pasaje nos enseña que la adoración no es solo cantar, sino invocar a Dios con sinceridad. Cuando lo alabamos de corazón y no solo de labios, Su presencia se acerca y llena nuestra vida.
La verdadera adoración nace en lo profundo: es un clamor genuino que reconoce quién es Él y cuánto lo necesitamos. Dios promete acercarse a quienes lo buscan así, con un corazón que no finge, sino que se rinde en espíritu y en verdad.
Pregúntale hoy:
“Abba, que mi adoración siempre sea sincera, que te invoque con todo mi corazón y no con palabras vacías.”
Decláralo con fe:
“Mi adoración atrae la presencia de Dios. Al invocarlo de verdad, Él se acerca y habita en medio de mi alabanza.”
#RetoPraize
#AdoraciónVerdadera
#PraisePrayMove