En la vida cotidiana solemos observar primero con los ojos físicos.
Vemos. Analizamos. Clasificamos. Intentamos comprenderlo todo desde la mente.
Pero en ese esfuerzo por “entender”, muchas veces dejamos de sentir.
Cuando comenzamos a activar los ojos del corazón —esa intuición alineada al amor que vive en el centro de tu pecho— aparece una visión completamente distinta.
Una visión que no necesita comprender,
que no necesita identificar,
que no necesita controlar.
Es la visión que nace cuando soltamos la obsesión por explicarlo todo
y empezamos a sentir la vida tal como llega.
👁🗨 Los ojos físicos observan la forma.
Los ojos del corazón observan la verdad.
La visión del corazón no busca un resultado, no busca tener razón,
no se aferra a ninguna expectativa.
Simplemente mira desde el amor… y por eso puede aceptar la vida tal cual es.
Y cuando la aceptás, te das cuenta de algo sagrado:
así como es, es perfecta para tu evolución.
Habrá momentos en los que comprendas el por qué de inmediato.
Y habrá otros en los que no entiendas absolutamente nada.
Y está bien.
Cuando no haya comprensión, soltalo ahí.
Dejalo ser.
Confiá en que tu alma sí sabe qué está ocurriendo… incluso cuando tu mente no.
La vida te va a poner delante situaciones difíciles de aceptar.
No es castigo.
No es mala suerte.
Es crecimiento.
💛 Lo que te cuesta aceptar…
es exactamente lo que te está haciendo crecer.
Esa es la revelación de hoy.
Que actives la visión del corazón.
Que veas más allá de lo evidente.
Que puedas sentir antes de querer entender.
Y que permitas que la vida te eleve a través de lo que hoy parece desafío.
Te amo.
Y dejame un comentario contándome qué te despertó esta revelación.