A veces intentamos justificar nuestras reacciones, nuestras maneras de ser.
Nos llenamos de palabras, creemos tener razón, defendemos puntos de vista que ni siquiera nos representan.
Escondemos nuestras emociones, nos ponemos una máscara, y vivimos intentando sostener una versión ideal de nosotros mismos.
Yo vivía así.
Todos los días, todo el día.
Intentando superar lo insuperable: la perfección.
Hasta que comprendí que la perfección sí existe, pero no es algo que deba superarse…
es algo a lo que uno se acerca, cada vez más, cuando elige vivir desde la verdad del alma.
Hoy, cuando algo me duele o me desafía, me detengo y me pregunto:
✨ “¿Cómo vería esto Dios?”
✨ “¿Cómo lo sentiría Dios?”
✨ “¿Qué haría Dios desde la coherencia, desde el amor?”
Y entonces todo cambia.
El juicio se disuelve.
La mente se calla.
Y siento la paz de estar en alineación con mi ser divino.
Comprendí que cuanto más entro en la humildad y la honestidad, más hermoso se vuelve vivir.
Desarrollar conexión con la Divinidad, con Dios, con el Universo —con el campo cuántico— es, para mí, una de las cosas más sagradas que existen.
🙏 ¿Cómo lo vivís vos?
¿Cómo se siente para vos esa conexión con Dios?
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Te abrazo y te amo.
🌞 Que tu luz siempre te guíe y nunca se apague.