El problema no es la meta, es cómo te relacionas con ella.
Si la meta te genera estrés, el enfoque está mal.
Cuando te enfocas en la acción correcta, el resultado se acomoda solo.
No necesitas más presión, necesitas mejor estructura.
El progreso real no siempre se ve… pero se siente.
Menos metas. Mejor ordenadas.
Primero claridad, luego acción.