Disciplina positiva: educar desde el respeto, no desde el castigo
La disciplina positiva no es “dejar hacer”, ni ausencia de límites. Es una forma de educar que combina firmeza y cariño, teniendo en cuenta el desarrollo emocional y neurológico del niño o la niña. Educar no es controlar la conducta, es acompañar el aprendizaje. Nociones básicas de la disciplina positiva 🔹 El comportamiento es comunicación Detrás de una rabieta, un no o una conducta desafiante siempre hay una necesidad: cansancio, frustración, inmadurez, necesidad de conexión… 🔹 El cerebro infantil está en desarrollo Los niños no “manipulan” ni “nos retan”. Muchas conductas se explican porque: - No saben regularse solos - No controlan impulsos - Necesitan un adulto que preste regulación 🔹 Los límites dan seguridad Los límites son necesarios, pero: - Se ponen desde la calma - Son claros y coherentes - Se sostienen con presencia, no con miedo 🔹 Conexión antes que corrección Un niño solo aprende cuando se siente seguro. Primero calmamos, luego enseñamos. ¿Qué NO es disciplina positiva? - No es permisividad - No es ausencia de normas - No es negociar todo - No es evitar el conflicto El conflicto también educa cuando se acompaña. Tips prácticos para el día a día ✔️ Nombra la emoción antes de corregir “Veo que estás enfadado… estoy contigo”. ✔️ Anticípate Rutinas claras, avisos previos y expectativas realistas evitan muchos conflictos. ✔️ Ofrece opciones limitadas “¿Te pones el abrigo azul o el rojo?” Dar opciones reduce la lucha de poder. ✔️ Cuida tu tono y tu postura El mensaje entra más por cómo lo decimos que por lo que decimos. ✔️ Acompaña las rabietas No se castigan, se sostienen. La calma se presta. ✔️ Sé el modelo Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que oyen. ✔️ Repara después del conflicto Hablar, abrazar y validar enseña mucho más que castigar. Disciplina positiva es… - Educar desde el vínculo - Respetar el desarrollo evolutivo - Enseñar habilidades para la vida - Acompañar emociones difíciles - Ser guía, no juez