El ejemplo es el mejor maestro. Hoy me dispongo a servir en silencio, no necesito reconocimiento solo reconocer el valor en cada persona respetando su función.

Hoy mi coherencia es mi servicio

“Hay que vivir … no reaccionar “

Quería compartir con vosotr@s, algo que me pasó ayer. Tenía una cita y cuando llegué toque al timbre y no me abrían, subí al rellano y tampoco y cuando llamé a la persona se disculpo y me dijo que se había olvidado de agendarlo, que me daría una nueva cita y me haría un descuento por las molestias. Mi gozo es porque no me sentí mal por ello, todos cometemos errores, en otras ocasiones me hubiera sentido poco importante para la otra persona y no tenida en cuenta, en cambio pensé bueno ahora tengo tiempo de hacer otras cosas y seguí con mi vida

Mi papel en el plan de Dios para la salvación es esencial.