Enfócate en lo que controlas
Gran parte de nuestra frustración viene de intentar controlar lo incontrolable: - Las opiniones de los demás - Las circunstancias externas - Los resultados inmediatos Pero lo único que realmente puedes controlar es tu actitud, tu esfuerzo y tus hábitos. Cuando enfocas tu energía en lo que sí depende de ti, todo cambia: Menos estrés. Más avance. Más paz mental. Concéntrate en lo que puedes controlar y verás cómo todo empieza a alinearse.