Eres un vaso lleno de propósito; donde Dios te posiciona, su luz fluye a través de ti. Y a veces lo olvidas… olvidas lo preciosa que es la obra que Dios ya comenzó en tu interior. Él no puso dones en ti por casualidad, ni te entregó sensibilidad, fuerza y discernimiento solo para que los guardes. Todo lo que Él depositó en ti tiene un propósito eterno. Por eso, no descuides lo que llevas dentro. No apagues la luz que Dios encendió en tu corazón por las preocupaciones, el cansancio o las voces que intentan detenerte. Tú cargas algo que viene del cielo, algo que toca, inspira, sana y levanta a otros sin que te des cuenta. Sigue adelante. Mantén tu corazón lleno de Él. Porque cada vez que decides permanecer cerca de Dios, su luz fluye aún más fuerte a través de ti… y eso es lo que transforma vidas. Pastor Joan Rodríguez

Dios advierte que llegará un tiempo en que la gente sentirá un gran vacío espiritual: no tendrán hambre de pan ni sed de agua, sino de escuchar Su Palabra. Pero cuando la busquen, no la hallarán, porque antes la rechazaron. Por eso este versículo nos llama a valorar y obedecer la Palabra de Dios mientras aún la tenemos cerca

Proverbios 16:32 enseña que la verdadera fuerza no está en el poder físico, sino en el dominio propio. La persona que controla su carácter y tarda en enojarse es más poderosa que un guerrero que conquista ciudades. Dios valora más a quien gobierna sus emociones que a quien obtiene grandes victorias externas. En pocas palabras: la mayor victoria es dominarse a uno mismo.

Si Jesús tuvo el poder para sanar enfermos, dar vista a los ciegos y resucitar a los muertos; entonces también tiene el poder suficiente para levantarte de la situación en la que te encuentras hoy. ¡Sólo confía en Él, porque no te va a fallar!