Cuando conectas con tu prospecto desde la confianza y la emoción, la venta deja de ser un proceso y se convierte en una decisión natural.
En ventas no se trata solo de exponer tu producto, sino de ganarte el derecho de hacerlo. Cuando logras interesarte genuinamente en tu prospecto, conectas con sus emociones, construyes confianza y lo inspiras a tomar acción. Esa es la verdadera clave para cerrar acuerdos duraderos.