Romanos 10:9-10 nos recuerda que la salvación se recibe al creer en el corazón y confesar con la boca que Jesús es Señor. Esa confesión no es solo decir palabras, sino un acto de fe que se convierte en alabanza.
Cuando abrimos la boca para declarar que Cristo vive, estamos adorando. Cada confesión es un cántico que exalta a Jesús y confirma lo que creemos en lo profundo. La fe no se queda guardada en silencio; se expresa en gratitud, en testimonio y en adoración diaria.
Pregúntale hoy:
“Abba, que mi fe y mi alabanza estén siempre unidas al confesar que Jesús es mi Señor.”
Decláralo con fe:
“Creo en mi corazón y confieso con mi boca que Jesús es mi Señor. Mi vida entera es una alabanza que proclama Su victoria.”
#RetoPraize
#CreoyConfieso
#PraisePrayMove