Ufff ahora sí familia, se viene un cachetazo (bofetada), o al menos así lo fué para mí cuando me dí cuenta de ésto! Le agradezco a Dios por estos alineamientos tan necesarios. Vamos entonces:
Hoy quiero hablarles sobre un tema delicado y profundo: la competencia espiritual.
Son dos palabras que no deberían convivir en un mismo escenario, porque la competencia niega la esencia misma de la espiritualidad.
Al principio, cuando descubrimos el mundo de la energía, todo es nuevo, mágico, lleno de humildad. Pero a medida que recorremos el sendero aparece el llamado “ego espiritual”: esa voz que dice “yo debería estar sintiendo más, comprendiendo más, viendo más resultados”.
El error está en medir nuestro progreso espiritual con la vara equivocada: los resultados pragmáticos de la vida material.
La verdadera medida es: ¿cuánto de mi realidad estoy pudiendo aceptar e integrar? 🌱
La comparación con otros abre la puerta a la competencia, y con ella crece la carencia, el dolor y la distancia de lo que buscamos. Cada vez que pensás “yo debería”, ya perdiste el juego.
Porque no tenés deudas, tu único deber es ser.
👉 Cuando me encuentro comparándome, hago esto: me alejo un momento, me miro con los ojos de Dios y me pregunto: ¿si Dios fuese Gonzalo, estaría sintiéndose menos que alguien?La respuesta es "no, simplemente sería". Se trata de Ser.
La clave está en dar lo mejor de vos cada día, no en competir. Y cuando surja la comparación, poné en acción el arte de dejar ir.
🌀 En el encuentro del pasado miércoles de Almas-Mentorías grupales, los guié en un ejercicio muy poderoso para dejar ir. Como sé que muchos de ustedes no están realizando ese programa, les comparto un PDF con los 5 pasos para dejar ir para que puedan practicarlo y comenzar a ver los MARAVILLOSOS RESULTADOS de esta técnica tan simple
Y si sentís que necesitás más herramientas, sabés que en ALMAS – Mentorías Grupales nos dedicamos a trabajar justamente en esto: elevar la conciencia, soltar comparaciones y recordar quiénes somos realmente.
✨ Déjame en los comentarios:
– ¿Dónde descubrís que aún te comparás?
– ¿Qué herramienta usás para volver a tu centro?
Unidad y bendiciones, familia 💛