Una perrita fue atropellada y quedó arrastrando sus patas traseras. Cuando nacieron sus cachorros, ellos también comenzaron a caminar arrastrando las patas. ¿La razón? Estaban 100% sanos, pero imitaban lo que veían.
Ahora piensa: ¿tus hábitos financieros son tuyos, o estás repitiendo lo que aprendiste? Frases como "el dinero es malo" o "hay que trabajar duro para apenas sobrevivir" se graban en nuestra mente y afectan nuestra relación con el dinero.
El resultado: sigues arrastrando las "patas financieras" de alguien más.
Aquí está la verdad: reconocer que estos patrones no te pertenecen es el primer paso. Pero el cambio real sucede cuando decides tomar acción y modificar tu conducta. De nada sirve saber qué está mal si no haces algo para cambiarlo.
¿Qué piensas cuando te quedas sin dinero?
Haz una pausa. ¿Qué pensamiento recurrente pasa por tu mente? Tal vez:
- "Nunca es suficiente."
- "Siempre se va rápido."
- "No sé cómo voy a salir de esta."
Ese diálogo interno define tus acciones y lo que atraes a tu vida. Ahora quiero que hagas algo diferente. Detén esos pensamientos de escasez y repite conmigo:
El dinero viene a mí de múltiples formas, constante y abundantemente, de maneras esperadas e inesperadas.
No basta con reconocer tus patrones; necesitas reemplazarlos por acciones nuevas. Cambiar cómo piensas y cómo actúas con el dinero es lo que abrirá las puertas a nuevas oportunidades.
Comenta abajo: ¿qué pensamiento o hábito financiero quieres cambiar hoy?