A veces buscamos la crema perfecta… y se nos olvida lo más importante: el ritual.
Hoy te propongo algo simple pero poderoso:
✨ Aplica tu crema hidratante lentamente, con suavidad, como si te dieras un masaje.
✨ Mírate al espejo con cariño, sin juzgarte.
✨ Y mientras lo haces, repite una frase bonita para ti: “Mi piel refleja cómo me cuido por dentro y por fuera.”
💧 El producto importa, sí, pero la actitud con la que te lo das… también transforma.
🌿 ¿Quieres saber cuáles uso yo y cómo los aplico? ¡Te lo cuento en los comentarios!