Una vez alguien me vio con una playera de una carrera y me preguntó en tono burlón:
– “¿A poco tú corres?”
– Sí, le respondí.
– “¿Y eres de los buenos o de los malos?”
– De los buenos, le dije.
– “¿Ah sí? ¿y en qué lugar llegas?”
– He llegado 3°, 6°, 30°, 140°, 640°… incluso en el 7,200°. Todo depende de cuántos se inscriban.
El tipo se rió:
– “Entonces, ¿en qué lugar llegan los malos?”
Y le contesté:
“Los malos no llegan ni a inscribirse, amigo.”
Reflexión:
Siempre habrá quien critique lo que haces, tu trabajo, tus logros, tu manera de vivir.
Pero recuerda: la mayoría de esas personas ni siquiera se atreven a intentar lo que tú ya haces.
No permitas que los comentarios negativos apaguen tu brillo.
Cada paso que des, aunque parezca pequeño, te está llevando más lejos que quienes se quedan en la orilla mirando.
Sigue adelante siempre