No hay mejor forma de conocer realmente a alguien que elegir ser fiel a una misma.
En el mundo emprendedor, muchas veces se mezclan la amistad y lo profesional. Conectamos desde la ilusión, los valores o los proyectos en común, y creemos que esa afinidad es una base sólida. Pero cuando una de las dos partes elige distinto —marca un límite, cambia de dirección o simplemente escucha su coherencia—, ahí se revela la verdad del vínculo.
Si una decisión profesional honesta rompe la relación, quizá no era un vínculo real, sino una conexión sostenida en la expectativa.
Ser fiel a una misma no aleja, ordena. Y lo que permanece después de hacerlo, siempre es auténtico.
¿Cuántas relaciones (personales/profesionales) mantenemos por miedo a mostrarnos tal como somos, incluso cuando eso implica perder?
Y como dice en su formación de contactos, que importante es conocer a cada uno de nuestros contactos y saber qué queremos de ellos y qué quieren ellos de nosotros.