Los alimentos vivos —como frutas, verduras frescas, fermentados y germinados— son ricos en enzimas, antioxidantes y nutrientes esenciales que apoyan tu digestión, reducen la inflamación y elevan tu energía de forma natural.
✨ Empieza por algo sencillo: añade una ensalada fresca o fruta de temporada en tus comidas principales.
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