Tarifa en verano = caos absoluto.
Gente por todos lados, coches hasta reventar.
Cada año me tocaba aparcar en la otra punta del pueblo, caminatas eternas con calorazo incluido.
Este año decidí otra cosa.
Manifesté el aparcamiento al lado de mi piso. Lo solté al universo.
¿Resultado?
Todos. Los. Días. del verano aparqué en la puerta de mi casa.
Ni una excepción.
La ley es la ley. Y cuando la aplicas, funciona al 100%. 🚀