Cuando estás en cero y necesitas dinero para comer, vivir y pagar servicios, lo más probable es que te mueva la fuerza. Y desde ahí, haces cosas que a veces no son del todo éticas, y te metes en esfuerzos brutales. Pero cuando ya pasas ese nivel y tus necesidades están cubiertas, lo que empieza a guiarte es el amor. Te mueven otras cosas, más limpias. Ahí tus acciones se vuelven masivas, eficientes, casi sin esfuerzo. Empiezas a atraer porque lo que haces nace desde un lugar mucho más alto. Piensa un momento en cuando estuviste enamorado. La cantidad de cosas que hiciste con energía casi infinita, con entusiasmo, sin que te costaran. Si esas mismas acciones te las pidiera otra persona, probablemente sentirías que demandan mucho de ti. Eso es el poder del amor auténtico y su impacto en la acción. En el trading pasa igual. Si entras al mercado con miedo, desde la necesidad de ganar, te equivocas. Pero si entras en paz, con claridad y confianza, todo fluye. Porque no operas desde la carencia, sino desde una mentalidad de poder.